domingo, 29 de julio de 2018

Reseña de vuelo y anécdota de cómo saqué el pasaje: Avianca Business Class de EZE a BOG

Todos los viajeros (o la mayorìa) tenemos algún tipo de lista de cosas que queremos hacer, digamos, objetivos o, como yo los llamo, "sueños viajeros" (prometo algún día explayarme al respecto).
Dentro de mis sueños viajeros se encontraba el viajar en primera y/o business (depende del avión y aerolínea la existencia de una, otra o ambas categorías). Un sueño que no era fácil de cumplir ya que, por lo general, un pasaje en business cuesta entre 2 y 3 veces más que en económica. Además, para que valga la pena la diferencia, debería tratarse de un avión más o menos copado en un trayecto de más de 3 horas ya que, si no, la diferencia entre una categoría y la otra es apenas notoria.
Yo ya tenía decidido mi destino (Nueva York para el feriado extralargo de Pascuas) cuando apareció una oferta que no pude resistir: Vuelos a NY en business class de Avianca a precios de economy. ¿Cómo me enteré? Gracias a los genios incansables de Info viajera que publicaron la oferta.
La cuestión era si valía la pena esa business class en vuelos con escalas o no. Y ahí me puse a averiguar antes de tomar la decisión: la gracia para que valiera la pena el status business era hacer el tramo Buenos Aires - Bogotá en el Boeing 787-8 Dreamliner (en este enlace pueden saber más sobre la aeronave).
Así fue como tomé la decisión y emití mi pasaje en business a precio promocional. Ahora, paso a mostrarles cómo fue la experiencia y si valió la pena todo...
Entre las ventajas de viajar en business está la de ser "prioridad" en todo momento, por lo tanto el check-in se hace muy rápido: no hay que hacer cola. Además, el equipaje también tiene prioridad, por lo tanto a la hora de recogerlo, va a ser uno de los primeros en aparecer por la cinta: esto se dió en todos los tramos en los que tuve que retirar la valija, que llevaba la etiqueta de "priority". Una vez en el área de pre-embarque, vamos a pasar al segundo de los beneficios de business: el salón VIP. En este caso, como Avianca pertenece a STAR ALLIANCE, tenía acceso al salón de dicha alianza en Ezeiza. Mi avión salía muy temprano por la mañana por lo tanto aproveché para desayunar. El servicio está bien y el lugar es cómodo, aunque si lo comparo con el salón Centurión, me quedo con este último.



Llegado el momento de abordar el avión, nuevamente vamos a tener prioridad y estaremos en el primer grupo (grupo A según nuestro boleto). Al ingresar al avión y ver lo que era la cabina, la verdad es que me emocioné: estaba cumpliendo mi sueño. El dreamliner es un avión de última generación y tiene todos los chiches que a continuación les muestro. Cuando el día anterior hice el web check-in, pude asegurarme la ventanilla, por lo tanto mi sueño era completo. 







El asiento logra reclinarse por completo, llegando a alcanzar una posición horizontal como una cama. Además de auriculares, contamos con un control remoto para utilizar mientras reclinamos el asiento. La pantalla además es táctil así que puede usarse de cualquiera de las dos formas. Para mi sorpresa, la oferta tanto de música como de películas y series era muy amplia. Incluso dentro de las películas habían muchas que eran estreno.

 El control remoto, enchufes, luz y el control para reclinar el asiento

Los auriculares

 Dentro del entretenimiento está la posibilidad de chatear con otro pasajero


Muy interesante oferta de películas para ver  
Mientras todos los pasajeros se van subiendo y el avión se prepara para despegar, sirvieron bebidas y nos entregaron los famosos "kit de amenities":



La comida: al tratarse de un vuelo diurno que salía temprano por la mañana, la primera comida que se sirvió fue el desayuno. Nos entregaron una carta con muchas opciones interesantes: 






Luego oscurecieron las luces y nos dejaron descansar. Dentro de toda la tecnología de punta con la que cuenta este avión, también se encuentra un sistema por el que el vidrio de las ventanillas se oscurece gradualmente, realmente es un espectáculo (para los que nos gustan estos chiches, claro). 

Antes del aterrizaje, sirvieron un snack:


Luego de aproximadamente 6 horas de vuelo, llegó el momento del descenso...


Tuvimos que dar un par de vueltas alrededor de Bogotá antes de aterrizar porque había mucho tráfico aéreo: estaban reparando una de las pistas de El Dorado por eso la congestión. 






Tenía una escala de poco menos de 3 horas que, al viajar en business, me habilitaba a ir al VIP. En El Dorado hay varios salones VIP de Avianca, yo fui al que me quedaba más cerca de mi puerta de embarque (aquí más información). Luego, el segundo tramo para llegar a Nueva York fue en un avión más pequeño (Airbus A320) pero, qué decirles, así sea en un avión con menos comodidades, viajar en business hace una diferencia...

Conclusión:
¿Vale la pena hacer un vuelo con escala, más largo que un vuelo directo, para viajar en clase ejecutiva? 
Para mí, sí. Pero eso es algo personal de cada uno. Llegar más fresco, sin las piernas hinchadas o el cuerpo medio dolorido por no poder moverte en tu asiento por más de 10 horas, para mí, que soy tamaño XL, hacen a la diferencia. Y definitivamente lo volvería a hacer. El servicio de Avianca además, me pareció excelente. 



Espero que les haya gustado el reporte y, lo más importante: ¡se animen a cumplir sus sueños viajeros! 😉



Cheers!